martes, 29 de enero de 2013

Venganza

¡Qué linda chiquilla era,
con su cabello enrulado
de un rubio de sol dorado,
de espigas en primavera.

Un par de soles sus ojos.
de inquietantes miradas,
con la nariz respingada,
de grana sus labios rojos

Recuerdo que se reía,
-fino arpegio de cristal-
Y que en su risa, mi mal,
Se iba y no volvía.

Del barrio, los gorriones
Vivíamos alelados
Sintiendo descontrolados
Tronar nuestros corazones.

Horas que eran minutos
Aguardábamos su paso
Entre vientos y solazos;
Y dolía como el luto,

Dejaba un sabor amargo
Cuando ni una risa suelta
Nos dedicaba a su vuelta
Y se pasaba de largo.

Pienso que fue sin querer
Que ella se adelantó
El día en que amaneció
Convertida en mujer.

Por la calle bien temprano
La vi pasar de reojo
Relampagueante los ojos,
Con un gringo, de la mano.

En sentirme traicionado
No demoré ni un minuto,
Mi amor puro, impoluto
Fue guiñapo ensangrentado.

-¡Me vengaré!, decidí,
Y en la pared de su casa
Con mi letra grande y crasa,
“¡Gringos go home!” escribí.

martes, 22 de enero de 2013

Tus ojos

Luis Martínes Kleiser.

Nunca me dicen tus labios

lo que me dicen tus ojos,

que confiesan tus antojos,

o descubren tus agravios,

que me glosan tu dolor

o me infunden tu alegría,

que me lloran tu agonía

o me inundan de tu amor,

que me glosan tu dolor

que me alumbran o me ciegan,

me curan o me maltratan

me conceden o me niegan;

pero que, siempre locuaces,

me saben contar sinceros

tus exhortos más austeros

y tus sueños más audaces.

Tienen tus ojos el don

de alegrarme, entristecerme,

consolarme y conmoverme;

y es porque tus ojos son

ojos que saben hablar,

ojos que saben reír,

ojos que saben herir

y ojos que saben besar;

ojos que hielan o abrasan

y que, con nieve o con lumbre

dan o quitan pesadumbre

por donde quiera que pasan.

Cuando de su limpia hondura

descorren al fin el velo,

reflejan la luz del cielo

sobre el mar de tu ternura,

y me hundo feliz en él,

y tan dulce me parece,

que mi vida se adormece,

en su piélago de miel.

Cuando por ellos derramas

el fuego de tus amores,

yo me acerco a sus fulgores

para quemarme en sus fulgores

para quemarme en sus llamas.

Y cuando lanzan destellos,

agudos como saetas,

mis ojos son dos ascetas

que quieren clavarse en ellos.

Siento un placer inefable

si, en tus miradas tranquilas,

descubro, tras tus pupilas,

un camino interminable.

Triste y medroso adivino,

con las flores de tu edén,

muchos abrojos también

a lo largo del camino:

pero, aunque guardes tus flores

y me ofrezcas tus abrojos,

quiero inernarme en tus ojos

en busca de tus amores.

lunes, 14 de enero de 2013

El tiempo vuela

Los abuelos, las abuelas,
-Que Dios los tenga en su
gloria-
sabían muchas historias
de cómo el tiempo vuela.

Ellas, en son de quejas,
con palabras rebuscadas,
se decían “mal usadas”
y no aceptaban lo de viejas.

-Cargamos buenas hormonas,
decían en son de quejas,
por eso no somos viejas,
pero ¡eso sí… vejanconas!

Eran los tiempos de antes
en que las buenas personas
se tragaban lo de vejanconas
aunque no de buen talante.

Siempre hallaba el consuelo
quien en la edad ya provecta,
llegaba en forma directa
a la calidad de abuelo.

Era una especie de reto
lo de ser por fin abuelo
con blanquecino el pelo
y cargando nieta o nieto.

Casi siempre le pasaba
al abuelo primerizo
lo de Dios así lo quiso
y hasta lágrimas echaba.

Mas su fervor terminaba
cuando la nieta o el nieto,
uno y otro siempre inquietos,
en sus faldas se meaba.

Único el binomio era
el del nieto y el abuelo,
alzando ambos el vuelo
en la hamaca, no en la estera.

Mucho se tiene que hablar
de estas historias luengas,
que hoy comentamos rengas
y que tanto cuestan acabar.

Me tendí debajo del árbol

Vilma Tapia Anaya


Me tendí debajo del árbol

encontraba en cada imagen gran belleza



en las hojas verdaderas

en sus cantos de agua retenida



en la seda rasgada que era la tarde

en el balbuceo de las piedras mínimas



Me acomodé de manera tal

que todo fuese más alto que mis ojos



y en las horas

se apilaron:



las preguntas preguntaban



Madre escucha



Madre escucha

tu esperanza es deletreada infinitamente

castaño húngaro arrancada hija su nombre

su nombre



lo grabaste dentro de sus botines



Era Auschwitz



Un hombre escondió seis monedas

¿Buscaba preservar el rutilar del mundo?

¿Con qué aliento?



Ana Frank recortaba ángeles de papel

pegados en una pared de la buhardilla

sobrevolaban



Hoy es Haití

tiene los ojos de los hijos de los muertos

y tiene las manos ahuecadas



no las alcanzo

no pude

no alcanzaba las manos de tu hija

no toqué

no toco tus manos



¿Y si ningún ángel ha huido

¿qué fue lo que se desbandó?

¿lo que es manos

en mis manos?



Ascanti



A este lado a la luz nos estamos

cantando



los hombres vienen

sus violines tiemblan alto

nos convidan



Oyéndolos en lo oculto

bailamos

mi pollera gira encendida y gira azul



Ven

zapatea conmigo a mi lado

tus pies y mis pies adheridos a la Tierra

golpean



has traído la cruz de claveles para la pirwa sagrada

si faltara

las cañas se abrirán y el maíz

recordará

traerá de nuevo



Escuchando

hemos mirado lejos



Rojo amarillo verde



¿Quién está silbando al otro lado de la pared

descascarada?



¿Quién silba debajo del antiguo ramaje del molle?



Una bandera entusiasta

quiere (al) país

detrás de esta pared



Un hombre silba y silba

resguarda la fiesta y los juegos de los corazones

que se despiertan con las espigas



No hay puerta que se abra

No lo veré

Pero su silbido me alza



compartimos los blancos deshilados de nube

y el volantín ofrendado



Supimos abrir las manos

supimos cerrarlas



El cielo de agosto resiste



Awatiris



Porque algo ha permanecido

ellos cuelgan primorosos claveles

de tallos largos en sus sombreros



para acompañar el día

inventan quenas y violines de tres cuerdas



Ellos comparten un ajtapi con phiri de maíz

que reverentes

comen con los dedos

y espacio adentro guardan

doce hojas de coca enteras



Porque algo se ha perdido

ellos dicen juramentos

elevan la voz

fragorosos rayos del corazón

claman misericordia



La unidad del cuerpo fue desmembrada



gritan gritos desprendidos

se insertan

en el terror de los animales.



Fundamentos



Tengo una hermana en la Argentina

yo también quise irme

pero si ella me contaba que sufría

yo pensaba para qué



Aquí estoy medio tranquilo

de plata no más se sufre en Tolapampa



Además

siempre hay que saber cómo está Bolivia



hay que saber cómo anda la escuelita

domingo, 13 de enero de 2013

AMOR AL PRÓJIMO

Por Patricia Guzmán Tohalino.

Sólo tengo una vida.

Una vida para amar,

perdonar y ayudar.

Hace tanta falta el amor.

Hace tanta falta la fe en Dios,

y el amor por los demás.

Si alguien me ofende

No hay ninguna ofensa,

que me pueda herir.

No quiero riquezas.

Ni poder para mí.

Sólo quiero la alegría,

de amar, perdonar y ayudar.

POR ÉL

Si mi vida

cambió de rumbo

fue por él.

Si vivo lejos

del terruño

fue por él.

Si un día

me vi confundida,

desanimada y triste

fue por él.

Si en mi corazón

crecieron fervores

y nuevos amores

fue por él.

Y cuando la muerte

me envuelva en su manto,

mi alma desandará

por esos lejanos parajes

donde viví con él.

Lydia Parada de Brown.

sábado, 12 de enero de 2013

NECESITO

Lydia Parada de Brown.

Necesito escribir

para vivir,

necesito un amor

para soñar.

Ya los años

se dejan ver

en mis cabellos;

también se notan

en las arrugas

de mi piel.

Pero si pudiesen

ver mi alma

cuán fresca está.

Tan romantica

como en mis mocedades,

tan optimista

como la de una artista.

Alegre y cantarina

como cuando al amor

me entregaba toda entera,

entre las sábanas sensuales

de mi alcoba.

Es por eso que necesito

seguir soñando,

rociar el espíritu

con estos renglones del

recuerdo.

Aromarlo con sutiles palabras

que lo mantengan vivo,

que no muera como el cuerpo,

sino que siga bebiendo

la fragancia delicada

de mis mocedades.