Necesito escribir
para vivir,
necesito un amor
para soñar.
Ya los años
se dejan ver
en mis cabellos;
también se notan
en las arrugas
de mi piel.
Pero si pudiesen
ver mi alma
cuán fresca está.
Tan romantica
como en mis mocedades,
tan optimista
como la de una artista.
Alegre y cantarina
como cuando al amor
me entregaba toda entera,
entre las sábanas sensuales
de mi alcoba.
Es por eso que necesito
seguir soñando,
rociar el espíritu
con estos renglones del
recuerdo.
Aromarlo con sutiles palabras
que lo mantengan vivo,
que no muera como el cuerpo,
sino que siga bebiendo
la fragancia delicada
de mis mocedades.
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