miércoles, 3 de febrero de 2016

Virgencita del Socavón

Por: Víctor T. Jiménez Torrico

Tu bellísima imagen pintada admirablemente,

ese fresco de colores brillantes y detalles finos,

es una joya que irradia amor abundantemente,

con indescriptibles contenidos religiosos benignos.



En el cerro Pie de Gallo se encuentra tu Santuario,

donde el Chiru Chiru te veneraba con todo su amor,

refugio de creyentes que te visitan y oran a diario

llenos de esperanza y extasiados por tu esplendor.



Tu intervención divina de Anselmo en su agonía,

algo inverosímil que traspuso nuestras fronteras,

fruto de tu amor maternal que brindas cada día

a todos tus hijos con bendiciones imperecederas.



Virgencita del Socavón, Reina del folklore boliviano,

Patrona de Oruro y de los esforzados mineros,

eres luz que alumbra y señala nuestro camino,

que confiados en ti vamos por mejores senderos.



El fabuloso y grandioso Carnaval orureño,

peregrinación danzante en tu honor y gloria,

manifestación folklórica, religiosa desde antaño,

es incomparable por la fe, devoción y euforia.



Esa inmensa columna de danzarines y feligreses

con devoción y religiosidad están presentes,

agradecidos por tus prodigios y ser felices,

al saberse protegidos como buenos creyentes.



Los primeros grupos folklóricos bailan alegres, cautivos,

son los diablos jubilosos de los matarifes o mañazos,

los tobas de los carreritos y sus instrumentos nativos,

y los comerciantes en coca con su morenada orgullosos.



Ñusta protectora de los Urus, de las feroces plagas

enviadas, por Huari para lograr exterminarlos,

convertiste en arena a las voraces hormigas,

en rocas al sapo, serpiente y lagarto legendarios.



Al arrodillarnos ante ti Mamila en el altar

brotan lágrimas de sentimiento y emoción,

con una fuerza interna difícil de explicar

que en un instante oprime y exalta el corazón.



Este cántico desesperado de quién desea ser feliz,

Virgencita Morena es un culto respetuoso y gentil

"A vuestros pies Madre llega un infeliz

cargado de angustias y de penas mil".

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