Santa Cecilia,
modelo de esposa fidelísima de Jesús,
vedme aquí postrado
humildemente ante vuestras plantas.
Soy un pobre pecador
que vengo a implorar
vuestra poderosa intercesión
ante Jesús
a quién tanto amasteis,
suplicándote que me consigas
un verdadero arrepentimiento
de mis pecados,
un propósito eficaz de enmienda
y una heroica fortaleza para confesar
y defender la fe que he profesado.
Alcánzame la gracia de vivir
y morir en esta santa fe,
como también las gracias especiales
que necesito para vivir santamente
en mi estado.
Escucha y alcánzame mis súplicas,
oh virgen poderosísima,
para que merezca gozar un día
de la eterna bienaventuranza.
Así sea.
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