Tierra de eterna primavera
paradisiaca hacienda
cercada de parrales
en el arrabal de la Casa Vieja.
Obra delicada
rodeada de amenos
espejos de lumbre
y libertad indisoluble.
Chura Tarija,
de majestuosa metáfora
con cuerpo y espíritu
-recuerdos del pasado inmediato-
Arrastras detrás de sí,
el carromato sanlorenceño
del mítico Moto Méndez
-de memorable historia sin igual-
¡Oh! Mi Tarija
forjada en gastrolitos
con diminutas piedrecillas
extraídas de la Casa Dorada.
Ático lleno de luna de plata
cuán claverque
adornado de clavellinas
estampado con suave rocío.
En el sombrero primoroso,
de las chulas tarijeñas
se siente el suave aroma
de culturas andaluzadas.
Con versos perlados,
desparramados en tus laderas
donde están tus amores
-Paisajes floridos-
Del elixir…,
de los Odres de Vino,
no se imaginaron tus fundadores
que de un acertado intento;
Surgieron tus hermosos valles
después de haber divisado
desde lo lejos a:
-Esta Pura Belleza
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