que entenebrecida se aproxima?
Será tal vez el llanto de mi madre
que viene en lluvia convertido.
El sol alumbra a todos,
menos a mí.
No falta dicha para nadie;
para mí sólo hay dolor.
Porque no pude conocerla,
lloré más harto que la fuente;
y porque no hubo quien me asista,
mis propias lágrimas bebí.
También al agua me arrojé
queriendo que ella me arrastrara,
pero el agua me echó a la orilla
diciéndome: “Anda aún a buscarla”.
Si ella viera mi corazón
cómo nada en lago de sangre,
envuelto en maraña de espinas,
lo mismo que ella está llorando.
Juan Wallparimachi
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