“Paciencia. . .”
Otra vez la palabra: Paciencia. . .
Paciencia. . . ,
¿paciencia hasta cuando. . .?
el repique sin ecos de cobardía y sombra,
la insensata mentira de
nuestro mundo hipócrita:
¡PACIENCIA!
Cuando niño,
cuando andaba descalzo en los inviernos,
rotoso y despeinado,
y en la escuela me hacían el vacío,
–¿por qué?. . . –
yo preguntaba a mi madre.
–¡Paciencia!. . . –
se alzaba la respuesta
para enjaularme el alma.
Cuando los niños ricos
tenían Nochebuena,
y Melchor,
y Gaspar y Baltazar,
rociaban de juguetes sus ventanas
–¿por qué?. . .– yo preguntaba–, ¿se olvidaron
de mí?,
¿es que Dios solamente es de los rico,
o. . . soy un niño malo?. . .–
. . .Y en la noche sin sombras de mi infancia
se encendía el ¡Paciencia!, como un rezo
de absurda mansedumbre. . .
. . .Y hoy. . . ¡Paciencia!
Otra vez,
otra vez el gargajo
sobre el hondo negror de nuestra calma.
Paciencia ante el ejército de hambrientos,
ante los niños tristes
que caminan sin risa por la infancia,
ante las prostitutas
¡pobres vírgenes pálidas!,
–pitonisas de Safo ante el Altar del Mundo–
Paciencia ante la infamia, y
¡paciencia ante la injusticia!
Paciencia. . . ¡pero no!,
Paciencia tuvo Cristo y lo mataron,
y paciente es el pueblo. . . ¡y es esclavo!
¿Paciencia?. . . ¡Nó!
La impaciencia es la vida,
impaciente es el tiempo que no espera,
impaciente es el grito que no aguarda
para ¡clavar su voz en el mañana!
Paciencia. . .
¿Cuando la vida avanza y
los rebeldes cantan?
¿Cuando revienta el pecho
en cuajarón de sangre?,
¿cuándo hay tanto que hacer
sobre la tierra?. . .
¡Paciencia no!
Moverse y agitarse y luchar. . .
Y cantar ¡sin esperar!
Paciencia no,
paciencia tuvo Cristo y lo mataron,
paciencia no, ¡¡MIL VECES NO!!
(((o)))
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