El tiempo se encargó, en silencio,
de preservar tu voz y tu poesía
que sutil brotaba de tu alma
para que una juventud desconocida
perciba los detalles de la vida
para que la niñez encuentre calma.
Y te presentó en el teatro de este siglo
en el teatro virtual en que ellos viven
para que sientan el perfume de las rosas
y valoren la belleza que perciben.
Jamás pensaste que los hijos de mis hijos,
asistirían a escuchar tus versos,
al recital que después de 100 años,
presentas hoy a un público selecto.
Hoy reconozco al futuro de un presente,
que lejano se pierde en mi memoria,
y respeto más al tiempo que lo siente
y que atesora para sí, tu historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario