martes, 10 de octubre de 2017

Morena

Por: Ernesto Bedregal Patiño

A pesar de la constante tortura infringida a mi ego,

jamás imaginé reencontrarme con esta soledad; fui alguien nuevo.

Perfidia del deseo me envicia y lo creo, sin importar lo que sea, yo lo creo.

***

La quiero, pues de igual forma no existe sosiego, aún la quiero.

Me exilio entre palabras de un profeta, recolecto tinta con mi máscara sujeta,

y una imaginación indiscreta. Poeta, no permita que me someta a su alma hueca.

***

No sé si llamar este poema por su nombre o por un apelativo

que describa su incertidumbre, si es así diré: morena, aunque tu belleza

asombre por doquier, desatando la locura y la pesadumbre, todo concluirá

con una marcha fúnebre. Morena, no sigas, escucha a tu corazón lúgubre.

(Extracto “607 Memories”)

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