Sigo en el Carnaval
bailando sin parar,
con derroche de alegría
sin dar lugar a la envidia.
En tentaciones bailo sin reparo,
con mi mochila que está bonita,
las serpentinas que envuelven,
y la cerveza que me ilumina.
Es mi comparsa la que domina,
en esta tarde de mucho baile.
Los arenales se muestran sin iguales
después que fueron animales.
Las bandas de música enloquecen,
son las melodías que estremecen,
el cuerpo se pierde en el frenesí,
y sin que te pregunte me dices que sí.
Es la tentación del domingo,
que hace que estés conmigo
al bailar veo tu ombligo,
y tú me besas porque te obligo.
Es la fiesta que nos envuelve,
del sonido decadente
que hace de mi mente,
en un ser demente.
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