Canto cautivo,
te liberas de nuestros remotos recuerdos
para llenar los vacíos días;
serenata que acompaña el pálpito de lo vivido,
vértigo que embriaga con aroma de palabras
que como ecos llenan estos versos.
Retoñar de pasajes congelados que se escapan
por rendijas de revelación de páginas bellas
escritas en el diario de nuestras vidas
y hoy sacian nuestras ansiedades.
Canto liberado de un pasado;
presente en el umbral de la tristeza
convierte en alegría este último tramo
para llegar a la estación final.
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