al mercado. En el camino, su asno tuvo que vadear un río y la sal se disolvió.
Al alcanzar la otra orilla, el animal
se puso a corretear, contentísimo de haber visto aligerada su carga.
Al contrario, Nasruddin estaba enojado de veras.
Al siguiente día en que había mercado,
Nasruddin llenó los sacos con abundante algodón. Al cruzar el río,
el asno pensando que la carga se aliviaría
entró en el agua con toda confianza,
pero a poco casi se ahoga por culpa del
exceso de peso.
“¡Tranquilízate!” dijo alborozado
Nasruddin. “Esto te enseñará que no siempre que cruces el río vas a ganar tú!”.
De El canto del pájaro - Athony de Mello
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