Es delicioso robar
una sonrisa de un niño;
él, quedará sorprendido,
y tú quedarás feliz...
si teneís un día gris...
has la prueba, es muy lindo.
No solo han de ser amigos,
aquellos de tu edad;
en los niños, hallarás,
interés por tus historias;
pues si aún cargas memoria,
ahí, podés aprovechar...
En su pureza total,
el niño ve a los mayores,
con matices y colores
a según su fantasía;
nunca le cuentes mentiras...
cuenta lo que te emocione.
Tu niñez, tus ambiciones
de aquellos años dorados;
son un sabroso bocado
pero lo has de aderezar;
tu infancia no es ¡tan allá!
ese niño, está en el hombre.
Verás que tu repertorio...
para él, es cosa sabida...
que gusta de la poesía,
claro... adecuada a ese fin;
y él tiene héroes a por mil,
que hasta es fácil que te asombre.
¡No seas sicote, hombre!
abre tu pecho a ese encanto;
un niño razona tanto,
como vos o como yo;
por algo los puso Dios,
para seguir nuestros pasos
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