Frágil mujercita,
A ti entrego un corazón
Enamorado de la
dulzura de tus ojos,
Que nace
a la realidad del amor,
Y para mí eres,
vida hermosa,
Amor constante
con que añoro.
Las horas que
han transcurrido
Amargas y hermosas
Sólo Dios sabe por qué,
Que por cierta
es hermosa;
El amor que te profeso
Zumbará por en
siempre en tus oídos,
Y tendrás una alegría sin fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario