domingo, 20 de marzo de 2016

Al Padre en su Día



El padre en la vida es símbolo de vital

elemento guardián de profundo secreto

del amor humano,

ser de trabajo lleno

y arruga marcada por el tiempo

su voz severa, segura y calmada

ofrece refugio y abrigo.



Su sonrisa franca, sincera

y abierta acaricia el sentimiento

su consejo sabio, cubre con cariño

y guía el pensamiento.

Nos entrega su fuerza y corazón

de hombre sincero y tierno,

enseñándonos a dar los primeros pasos

al tierno retoño.



El padre en el hogar es representante

del soberano con corona de laureles

que lleva en su cabello cano,

hombre único, a él brindamos

nuestro amor eterno

por dar a la Patria valiosos hijos

de trabajo honrado.



En el pasado somos apenas un niño

y él viajero

trabajador, comerciante

y sembrador hogareño,

su escuela nos mostró primero

a conocer el sendero

para triunfar en la vida como

sin par misionero.



El padre no muere nunca, siempre está vivo

en el recuerdo imborrable del eterno genio,

pequeño o grande soy el mismo hijo adorado,

como siempre soñó, hombre de bien y laborioso.

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