Como una cinta de cristal, el Loa
Y allí cerca, bebiendo de sus aguas,
Se alza el tranquilo pueblo de Abaroa.
Una bandera tricolor señala
Que es boliviano el pueblo de Calama
Y sobre esa enseña, augusta y soberana,
Luce radiante el sol cada mañana
Un día llegan ecos de contienda.
¡Se acerca el invasor, lleno de saña!
Y se aprontan los hombres a la lucha,
A defender la Patria Boliviana.
¡Saben que han de morir! Son un puñado
Contra un ejército que viene bien armado
Su actitud es suicida y sin embargo
¡Morir! ¡Antes que esclavos! Han jurado.
Van cayendo uno a uno los valientes
Despedazados por la cruel metralla
No se han rendido y mueren resistiendo
El asalto traidor de la canalla.
Y sobre el Loa, defendiendo el puente
Se hacen asesinar los defensores…
Aún queda erguido un hombre. ¡Es un valiente
Sólo, contra la turba de invasores!.
Tiñe su sangre de rojo el río Loa.
¡Avancen! Grita el jefe de los chilenos
Pero nadie se atreve a dar un paso.
¡Tienen miedo del héroe del Topáter!
¡Ríndete! Gruñe el “malvado disfrazado”
Que recobró el valor viendo a Abaroa
Ya sin armas ¡y herido!... y que aún se opone.
A permitirle el paso sobre el Loa.
¿Rendirme, yo?...ruge el héroe agonizante
–Y restalla su voz como un trallazo
Sobre el rostro del grupo de asalto–
¡Que se rinda tu abuela! ¡So carajo!
Una descarga de fusilería
Acabó con la vida de Abaroa
Mas, el eco de su voz vibrante
Retumbará por siempre sobre el Loa.
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