No obstante con el tiempo pude darme cuenta de aquel cariño que me ofrecías, de aquella paciencia y confianza que me brindabas.
Entraste en mi mundo, como un simple amigo nada más, de a poco fuiste ganándote mi confianza y mi cariño.
Aterrada ante los demás y el pasado que nos atropellaba, no podíamos huir de aquellas personas que estuvieron antes en nuestras vidas y que gracias a ellas nos pudimos entender, encariñar, merecer un lugar más allá de nuestra hermosa amistad.
Pasaron los días, las semanas y me confesaste aquel secreto: te enamoraste de mi, no podía creerlo, atemorizada de las consecuencias decidí mantenerlo en secreto, aunque me inventaste un mundo maravilloso, lejos del que dirán, de las mentiras y de los secretos, también me llenaste de dudas y desconfianza.
Al poco tiempo sentí que no eras la persona que creí, me equivoqué, debo admitir con el tiempo decidí cambiarte, apostando demasiado a tu mágico mundo, pintado de ilusiones
Ambos caímos en esta hermosa ilusión, un amor hermoso y único, que nos hizo ser una sola mente, confiando el uno en el otro, nos llenamos de amor y aunque tuve que alejarme de algunas cosas para estar a tu lado, no me arrepiento... Carlo Alfredo Céspedes Pinto.
Fabiana Aguilera
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