El cuerpo desgarra la humedad densa, transeúntes por las calles, los coches a toda velocidad, la plazuela poblada de bancas vacías y hojas, y un hombre habla con un árbol.
Qué cosa extraña, el temor estremece la espalda, agiliza los pasos; sólo una cosa en mente: llegar a destino a salvo.
Ruth Ana López Calderón
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