jueves, 22 de diciembre de 2011

Nunca

Nunca dejé de pensarte, de sentirte. Nunca borré de mi memoria aquel momento que pude responder tantas preguntas, aquel momento en el que tú vestida de rosa estabas sentada sobre aquella roca.
Ya pasó un tiempo, cada uno vivió lo que tenía que vivir, lloró lo que tenía que llorar, rió lo que tenía que reír, y sigo creyendo firmemente que eres la mujer para mi.
Parece que nuestros caminos van en diferente dirección, y que la vida se empreñó en no darnos ninguna oportunidad para volver a estar juntos.
Estaré lejos un tiempo, pero voy a volver por ti, si es que Dios así lo permite, si no te marchas al infinito y si en el atardecer de mi vida no cambio de camino, voy a volver para que bailes definitivamente en el escenario de mi corazón.
Mi niña, te reconocí y no me quedó otra que rendirme de nuevo ante ti. Te confieso que puedo vivir sin ti, pero quiero vivir a tu lado; que puedo recorrer el mundo sin ti, pero quiero recorrerlo contigo; que puedo alcanzar lo más alto sin ti, pero quiero alcanzarlo contigo.
Algo me dice que tú piensas y sientes lo mismo. Hasta pronto M.V.M.
José Carlos Acosta Mercado

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