un viejo y sucio farol,
allí vivía el Rey Charol
¡Y quién no lo conocía!
Desde luego lo de Rey
él se lo había apropiado
y lo tenía sin cuidado
estar fuera de la ley.
Hablaba de sus hazañas
el supuesto soberano
para quien eran enanos
o tipejos de mil mañas
Los pobretones vecinos
que ni llegaban a gentes
ni mirándolos con lentes,
negros todos y cochinos.
Bueno pues, el Rey Charol
vestía siempre de verde,
color que nunca se pierde
ni en la sombra ni en el sol.
Rematando el tal atuendo
con un par de alpargatas
que olían a sucias patas
que te hacían salir corriendo.
Se gloriaba de soltero
y decía que de una mujer
que lo quiso someter
se escondió en su ropero.
A títulos y otras artes
nuestro Rey se apegaba
y con audacia afirmaba
ser primo de Bonaparte.
Y tengo además astilla,
alguno lo oyó afirmar,
sin siquiera pestañear,
con los reyes de Castilla.
También solía afirmar
Que en su largo camino,
Aprendió a hablar en chino
y en japonés a cantar. (sigue)
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