Simplemente como Pancho,
Era un mozo doble ancho
Y algo sordo de un oído.
Y porque Dios así lo quiso
Todo en su cuerpo ancho,
Claro, el del tal don Pancho,
Destacaba por ser postizo.
O postizos no eran acaso
Todos sus dientes y muelas
Y para que mucho le duela
Tenía corto el zurdo brazo.
Dicho en tonos resumidos
El tal Pancho era un desastre,
Algo así como si un sastre
Lo hubiera muy mal cosido,
Y para colmo de males,
De su saco y pantalones
Escaseaban los botones
O sobraban los ojales.
Vivía a la vez despistado
Y como ejemplo en la misa
Tragaba hostias con prisa
Sin haberse confesado.
O en un velorio cualquiera,
Faltando respeto al muerto
Decía de él que era tuerto
Y mal de la chulupera.
O de una chica bonita,
En especial quinceañera,
Sin respetar sus polleras
La acusaba de plumita.
En suma que el tal Pancho
Decía de muchachuelas
E incluso de las abuelas:
“!Ya todo lo tienen ancho!”
Estaba siempre a la carga
El tan mentado don Pancho
A quien todo le caía ancho
Y la verdad le era amarga. (Sigue)
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