el oriundo de un barrio empobrecido
que, según él, para nadie había parido
lo cual lo colmaba de contento.
Era de corta estatura el tal sujeto
pero cargado de panza y de espalda,
se proclamaba subyugado por las faldas
así las llevasen los blancos esqueletos.
El susodicho, dígase con o sin bemoles,
hacía de las noches días plenos
y de los días lo mismo o más o menos,
bañados unos y otros en alcoholes.
Era de corta estatura, casi enano,
con el pelo y la barba encanecidos
y nunca, ni por chiste o por olvido
aparecía sin su trago fuerte en mano.
A su paso la gente le gritaba
sus saludos o tomaduras de pelo
y él replicaba casi al vuelo
mas nunca ni por chiste se callaba.
De armas tomar era el sujeto
y si alguien lo lastimaba u ofendía
en el acto con voz ronca respondía
y picaba incluso como un peto.
Unos lo hallaban de veras manso
y a la vez generoso y comedido,
para pocos en cambio era temido
por su cuello asaz largo y de ganso.
En reuniones de amigos o parientes
hacía esfuerzos por pasar inadvertido mas en torno suyo, el ruido
estallaba ahuyentando a los presentes.
No era afecto a las grandes comilonaspero un amigo suyo juraba haberlo visto
dándose el solo aquel gran pisto
de comerse de un tirón una mamona.
En líneas generales era hombre sano
y le preguntaron un día las razones,
contestó llevo bien puestos mis calzones
y no me falta una copa en la mano….
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