sábado, 10 de noviembre de 2012

El Calvario

De: Víctor Gutiérrez Pereira

(Extraído del libro ¡Oh mi Oruro!)



En el ruedo de la Plaza del Folklore,

alrededor de las gradas del Templo del

Socavón,

explanando desde la Gran Cruz,

se realiza la esplendorosa exhibición

de miniaturas de barro, yeso, laterío,

retazos de tela, papel y plástico,

creando vestidos para muñecas,

casitas hermosas y autitos último modelo,

diablitos Lucifer, ositos peludos,

y chanchitos de alcancía;

desde luego las golosinas,

dulces de colores que rifan a granel,

"pasankalla" de granizo a montones,

lo mismo que bolsitas de arroz, azúcar,

y diversos comestibles, jabones y escobas.

Las infaltables tortas doradas de crema

o los pollitos indefensos sorteados al azar…

Todos contentos de cargar a sus casas,

llevando por la calle "Adolfo Mier"

y la Plaza Principal,

repletas de gente que sube y baja

al Calvario del Socavón…

al cerrar el día, a saborear un "api" caliente,

con pastel y queso frito

o buñuelo suave familiar

es la delicia de los domingos.

Desde el primero de noviembre,

Fundación de la ciudad de Oruro,

Al último día de Carnaval

que suele ser siempre,

en Febrero efemérides departamental,

cuando en las mañanitas

se come "rostros asaditos",

un manjar para el gusto y placer

del "quirquincho" trasnochador…

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