martes, 1 de noviembre de 2016

No sé si es llanto o agua

En el hondo de la pena antigua

navega un recuerdo que duele,

que remoja sus ideas en leche agria

destilando el amargor de la condena.

Es aún un espejo resquebrajado

que deforma la imagen tenue

dejando que el llanto parezca sonrisa,

que el amor sea tan solo una quimera.

No quiero reflejarme en tal engaño

donde la esperanza es nube gris

que anuncia la tormenta,

que gime de gota en gota,

que ahoga mi llanto en tu pecho.

Y lloverán los ríos,

llorarán los mares;

y mi alma varada

se hundirá en la arena.

La llovizna me azota el rostro

y no sé si es llanto o agua.

Es el infortunio de la sal

que me execra lento.



¡Ay, malhaya el recuerdo atroz!

Estaba tranquilo hilando en la vida

cuando el cuervo rompió el vidrio

de la puerta que ya había olvidado,

de la puerta que había asesinado

a lo cruel de mi pasado.

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