Me miré en el espejo
Al regresar a mi casa
Y además de mala traza
me vi feo y muy viejo.
Era pasable lo de viejo,
Mas lo feo, sin remedio,
Ni por un real y medio
Me aceptaban de cortejo.
Como chino trabajaba
Por lograr una corteja
Patuleca, incluso vieja
Y con trazas de paraba.
Una accedió sonriente
A mi ansioso galanteo,
Mas lo primero que veo
Fue que no tenía dientes.
Y era vieja, más que abuela
E intentaba convencerme
Diciéndome ¡venga a verme
Que aún me queda una muela!...
-Si al menos fuese rica,
¡pero no, era bien pobre,
en su bolsa… ni un cobre,
decidí quedar marica!
Pretendí echar raíces
Al lado de una hembra
Que fertilice mi siembra
Y haga a ambos felices.
Mas de las grandes verdades
Está la del que tarde
Siente que el bicho le arde
Solo da con tempestades.
Yo creí haber caído
Como en el ojo, pedrada,
A una que por hornadas
Había sumado maridos.
Pero la hembra en cuestión
Me mostró recia su espalda
Y haciendo valer sus faldas
Me mató de un pescozón.
(Sigue)
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