te extraño... te amo.
Hoy encontré en la arena
un viento que me guía
hacia ti.
En un silbido me envolvió
de amargura,
el sol se fue
sin despedirse del amor.
Me perdí en la noche,
y en el endulzar
de tu encanto
me desvanecí en el manar
de mis lágrimas.
Se perdió la luz,
soy una luciérnaga
que dejó de lucir.
Mi corazón inoculado
perdió la fragancia
de sus flores...
Te espero en el desierto
del amor
donde la arena es luz...
Tan lejos estás de mí
que al recordarte
mi corazón se detuvo
en el tiempo.
Wilfredo Chirinos F.
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