Fueron mis ilusiones bandadas de palomas
Que se iban hasta el cielo en peregrinación.
Llevaban en sus picos unas ramas de olivo
Uniendo así los símbolos de paz y de candor.
Engarzado en sus alas, de albura inmaculada,
Como si fuera el agua de alguna bendición,
Traían el rocío de todas las auroras
Y en su pechos purísimos un gran beso de sol.
¡Así volaban siempre mis palomas gloriosas!
Pero un día. . . se fueron para no volver más. . .
Un viento de borrasca sopló todo ese día
Hiriéndolas de muerte con su aliento glacial.
A sus nidos deshechos ya no llegaba el sol. . .
¡Y así me fui quedando sin ninguna ilusión!
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