lunes, 17 de abril de 2017

PRELUDIO

• De: Marlene Duran Zuleta

Si habría adelantado mi llegada

a tu sollozo de agonía,

esos clavos encendidos

que perforaron tus palmas

los habría cambiado por mis manos,

hoy enceguecida por tu amor

te canto

¡sé que vives Jesús!.



PRODIGIO



Jesús

diste tu vida por la mía...

mi oquedad por tu luz,

me concediste

la sombra del jacaranda,

una herida indeleble

de saberte

prodigio desde vientre.



HORIZONTE



Afuera llueve,

parecen lidiar viento y truenos,

cierro los ojos,

viene a esta fontana

Jesús el astro

el eterno horizonte.

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