Si habría adelantado mi llegada
a tu sollozo de agonía,
esos clavos encendidos
que perforaron tus palmas
los habría cambiado por mis manos,
hoy enceguecida por tu amor
te canto
¡sé que vives Jesús!.
PRODIGIO
Jesús
diste tu vida por la mía...
mi oquedad por tu luz,
me concediste
la sombra del jacaranda,
una herida indeleble
de saberte
prodigio desde vientre.
HORIZONTE
Afuera llueve,
parecen lidiar viento y truenos,
cierro los ojos,
viene a esta fontana
Jesús el astro
el eterno horizonte.
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