el mismo perro nocturno
queriendo redimirse de su alma animal
en cada ladrido ronco
muerde la luz lunar.
Perro nocturno, la noche es tu día
la luna te alumbra y calienta
tu espacio no tiene límites
eres libre aun en el cautiverio.
Tienes por lecho la tierra
y por pan el hambre;
tus glaucos ojos
brasas apagadas por la sed,
tu aullido sostenido y triste
manifiesta fortaleza
paciencia y lealtad.
Vigilante de todos y de nadie
tus ladridos angustian y deleitan
cómo quisieras ser dueño de tu amo
y enseñarle la fidelidad.
Perro nocturno,
premonitor
inspirador de sueños y recuerdos
esta noche comprendo tu dolor
en el silencio de la oscuridad.
Joel Fernández Coca. Oruro. Escritor y poeta.
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