jueves, 4 de abril de 2013

Las más bellas poesías


Las más bellas poesías se escriben

sobre las piedras

con las rodillas ulceradas

y las manos afiladas por el misterio.

Las más bellas poesías se escriben

frente a un altar vacío,

rodeado de agentes

de la divina locura.

Así, loco, criminal, como eres

le has dado versos a la humanidad,

versos de reconquista

y de bíblicas profecías

y eres hermano de Jonás.

Pero la tierra prometida

donde germinan las manzanas de oro

y el árbol del conocimiento

de donde Dios no ha descendido

ni jamás te ha maldecido.

Pero tú sí, maldices

hora tras hora tu canto

porque has descendido en el limbo,

donde aspiras el Assenzio*

de una sobrevivencia negada



* Assenzio, licor perfumado de anís.



[Locura, mi joven y gran enemiga]

Locura, mi joven y gran enemiga,

algún tiempo te llevé como un velo

en mis ojos, al conocerme apenas.

De lejos me viste, como blanco tuyo

y pensaste que yo sería tu musa;

cuando empezó la pérdida de dientes,

que aún me aflige entre tanto despojo,

compraste la manzana del futuro

para darme el fruto de tu fragancia.

[El manicomio es una gran caja de resonancia]



El manicomio es una gran caja de resonancia

y el delirio se vuelve eco,

medida del anonimato,

el manicomio es el Monte Sinaí,

maldito, en el que recibes

las tablas de una ley

que los hombres no conocen.



[Nací el veinte y uno en primavera]

Nací el veinte y uno en primavera

mas no sabía que nacer desquiciada,

abrir los terrones

pudiese desatar tempestad.

Así Proserpina leve

ve llover sobre los céspedes,

sobre los gruesos trigos gentiles

y llora siempre de noche.

Tal vez sea su plegaria.



[No necesito dinero]

No necesito dinero.

Necesito sentimientos,

palabras, palabras elegidas sapientemente,

flores apeladas pensamientos,

rosas apeladas presencias,

sueños que anidan los árboles,

canciones que pongan a danzar las estatuas,

estrellas que murmullen al oído de los amantes.

Necesito poesía,

esta magia que abrasa la pesadez de las palabras,

que revive las emociones y da colores nuevos.

[Los poetas trabajan de noche]

Los poetas trabajan de noche

cuando el tiempo no les apremia encima,

cuando calla el ruido de la multitud

y concluye el linchamiento de las horas.



Los poetas trabajan en la oscuridad

como halcones nocturnos o ruiseñores

de dulcísimo canto

y temen ofender a Dios.

Mas los poetas, en su silencio,

Hacen mucho más ruido

que una dorada cúpula de estrellas.



Soy una mujer

(A Salvatore Quasimodo)



Soy una mujer que desespera

que no encuentra paz nunca en ningún lugar,

a la que la gente desprecia, a la que los paseantes

miran con despecho y con furor;

soy un alma colgando de una cruz

pisoteada, burlada, escupida:

me han quedado solo los ojos

que yo elevo al cielo a Ti gritando:

¡quítame del regazo cada suspiro!

Alda Merini

No hay comentarios:

Publicar un comentario