que empinaba sus hijos
hacia la estrella de aquella
otra madre mayor
y como los recogía
del polvo teñidos
para enterrarlos debajo
de su corazón.
Me estremeció la mujer
del poeta, el caudillo
siempre a la sombra y llenando
un espacio vital
me estremeció la mujer
que incendiaba los trillos
de la melena invencible
de aquel alemán.
Me estremeció la muchacha
hija de aquel feroz continente
que se marcho de su casa
para otra, de toda la gente.
Me han estremecido
un montón de mujeres
mujeres de fuego
mujeres de nieve
pero lo que me ha estremecido
hasta perder casi el sentido
lo que a mi mas me ha estremecido
son tus ojitos, mi hija
son tus ojitos divinos.
pero lo que me ha estremecido
hasta perder casi el sentido
lo que a mi mas me ha estremecido
son tus ojitos, mi hija
son tus ojitos divinos.
Me estremeció la mujer
que parió once hijos
en el tiempo de la harina
y un kilo de pan
y los miró encurecerse
mascando carijos
me estremeció porque era
mi abuela, además.
Me estremecieron mujeres
que la historia anoto entre laureles
y otras desconocidas gigantes
que no hay libro que las aguante.
Me han estremecido...
Por Silvio Rodríguez
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