Una pacienta de antes
urgida de medicinas,
así fuera de aspirinas,
de enemas o de purgantes ,
Buscaba pronto un galeno,
consultando al vecindario
si era muy humanitario
y para el ‘cuchillo’ bueno.
Así elegido el galeno
en su búsqueda marchaba
y por si acaso rezaba
a Jesús el Nazareno.
Este médico es vivísimo,
presumía aun de entrada,
y ya iba preparada
para mostrar el ‘santísimo’
Pa’ que tanto protocolo?
sabía que la esperaba
cuando el médico ordenaba
exhibir la lengua solo
A mí me duele aquí,
la pacienta orientaba,
y con el dedo apuntaba
la barriga o por ahí.
El médico se animaba
y en rápidos recorridos
por ciertos sitios prohibidos,
las dolencias auscultaba.
Sacaba el mal de raíces,
extirpaba lo podrido
y de puro comedido,
amputaba ‘chinchulises’
El problema era después,
cuando el médico cobraba
y la enfermera se ocultaba
con su santa impavidez.
O bien mandaba pagar
con diez huevos de gallina,
unos bizcochos de harina
o un loro sin desplumar.
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