y lo contaban de un viaje
no obstante ser de dos yemas.
Una terrible sequía
a nuestro pueblo aquejaba
gota de agua Dios no echaba.
desde hace siglos, se decía.
-Salgamos en rogativa,
propuso una comedida,
y verán cómo en seguida
el agua a todos reaviva.
De por medio letanías,
todo el magro vecindario,
enarbolando rosarios,
pedía a gritos agua fría.
Pasaba la rogativa
pidiendo agua del cielo
para que mojara el suelo
y la gente siga viva.
Oyó el Gringo de este cuento
que agua pedían a gritos
y se movió rapidito
para dar a todos contento.
Usando de una manguera,
por arriba de su barda,
en menos que un gallo tarda
vertió el agua en chorrera
Sobre un cien de rogativos
que escaparon a carrera
lanzando frases groseras
contra los muertos y vivos.
Gritó ¡milagro! una anciana.
pero con irritación
reclamaba su mantón
que se encogió ¡que macana! (sigue)
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