viernes, 24 de agosto de 2012

De los vecinos (VIII)

Del barrio, otro vecino
nunca su origen expuso
Pero él se las compuso
Entre japonés y chino.

-Que por mentir venga un rayo
y lo parta por mitad,
pues la única verdad
es que era camba y guarayo.

No faltó un aburrido
que antes que de dos yemas
se hiciera este problema
opinase es mal parido.
Era afecto a las copas
y poseía un negocio
del que era dueño y socio
como buen lavador de ropa.

Ropa corriente completa
lavaba de noche y día
y también se las valía
con la fina y de etiqueta.

Aunque poco el caso se daba
de lavar la de etiqueta,
siempre tenía una treta
y hondo las uñas clavaba.
Y un estribillo compuso
para sus cobros clavar:
no le puedo rebajar
pues mi lavado es en ruso.

Un hombre maduro ya era
y alardeaba con ardor
de que en joven fue peleador
y se medía con cualquiera.

Menuda y frágil su esposa,
la vecindad la observaba
porque al marido mandaba:
contra una roca, gozosa.
Japonés, chino o guarayo,
el vecino de esta historia,
según repetía de memoria,
sólo le temía al desmayo.

Desmayo del que con flema
y en tonos muy reverentes,
él llamaba ante la gente
simplemente de dos yemas.

(Sigue)

No hay comentarios:

Publicar un comentario