Y a lo largo de su vida
Le decían Nalgas Curtidas
Por viviente de curtiembre.
Pata e Lápiz fue el apodo
De un respetable vecino,
Un buen tipo, no dañino,
Que conoció el pueblo todo.
Tenía una hija alhaja,
Llena de gracias y curvas,
Que al mirarla uno se turba
Y pregunta “¿lleva faja?”
Un gringo con ella topó
Y por ser persona grata
¿Tener ustes de pencil pata?
De un solo envión preguntó.
Con el silbato en la boca,
Árbitro de fútbol era
Y las barras vocingleras
Le decían Petaca Choca
Porque al pobre la cintura,
Sin ser día de su santo
Le creció la panza tanto
De comer huevo y verdura.
Era un recio varón,
Mujeriego e inquieto,
Mas con falta de respeto
Lo trataban de Capón.
Rebasó de su persona
Ese apodo, qué macana,
Pues a sus guapas hermanas
Motejaban de Caponas.
Su estirpe fue recoleta
Y hasta hoy día se lo añora
Como persona rectora,
Al maestro Pipieta.
Por un montón de motivos
Que no viene al caso explicar,
Hubo y aún dan que hablar
Los tan ocurrentes Chivos. (Sigu
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