un millón de amigos
y, en tantos años,
aún no lo logré.
Mas, en una noche,
para mi alegría,
cientos de ellos encontré.
En el jardín de mi casa,
de pronto los descubrí.
Había grandes y pequeños, blancos, chocos y negritos.
Había altos y bajitos, y también flacos y gorditos.
No faltaron los solteros,
divorciados
y hasta los casados.
Los que beben, los que fuman, y los que bailan cumbia.
No cuento con dinero,
apenas si tengo unas monedas en mi mano.
No tengo oro ni joyas,
no soy ni célebre ni artista.
No tengo fama, ni soy bonita, pero tengo una fortuna.
Una riqueza más grande
y más cuantiosa.
Es un ramillete de amigos,
todos tan distintos y diversos,
pero iguales en mi corazón.
Amigos de los lunes,
de los martes y de los viernes.
Amigos de muchos días,
y años
Amigos que están lejos,
y que están cerca
Amigos que llegaron
y también los que partieron
a un lugar muy lejano,
el que llamamos cielo.
Amigos que, en este día,
quiero un abrazo enviar,
y decirles sinceramente
que conmigo
siempre podrán contar.
Rosario Núñez Mendía
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