De: Norma Campero Gutiérrez
Tu voz a mi oído,
tus palabras a mi corazón,
me alejaron de la razón
y me dejaron sin valor.
Dónde están tus palabras,
aquellas promesas de amor,
se esfumaron sin dejar si quiera sombra,
ni siquiera hicieron caso a mi clamor.
Sólo fueron simples palabras,
como etéreas nubes,
que encantan al mirarlas
y se esfuman en la nada.
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