Son tus glorias la fragancia
de las rosas del pasado
y se extienden en el agua
cristalina de los años.
Los mil nombres de tus hijos
que murieron por la Patria,
para darnos este río,
este orgullo de montañas.
Y este valle de recuerdos
donde madura el durazno,
el papal y el surco lleno
de tomates y manzanas.
Y en la paz de tu campiña
generosa como el trigo,
en un sueño de frutilla
y el amor de mis amigos.
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