Porque nos volvemos ciegosen el día que expira con nosotros,y porque hemos visto a nuestro alientonublarel espejo del aire,el ojo del aire no ha de abrirsea nada salvo a la palabraa lo que renunciamos: el inviernohabrá sido un lugarde madurez.Nosotros, convertidos en los muertosde otra vida que la nuestra.
Paul Auster
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