Puse fuego a los pies del demonio
que me cerraba el paso.
Los cañaverales se curvan
ante la carrera del viento enfurecido
así se movilizan mis recuerdos
y buscan tus senos desnudos en la lluvia
pero ya mi cuerpo está en aquella tumba
que forjaste con el aroma sacro
sólo el fuego me mantiene de pie
y me convierte en el guardián eterno.
Maldito para siempre desde el comienzo
hasta el fin para verte nacer
y nunca jamás morir belleza
que caminas cautivada por la juventud.
Hoy sueño bajo un árbol furioso
por mi presencia hoy te sueño
me dejo llevar por selvas
y ríos mi curiosa sangre descubre paisajes
donde me extraviaré definitivamente
sin poder seducir a la muerte.
Es tu cuerpo el que ahora viene
de los remotos orígenes con su aroma
me hundo en tu cuerpo
encuentro el misterio y pierdo la memoria.
[Si el hacha es peligrosa para el árbol]
Si el hacha es peligrosa para el árbol
no lo es para el pájaro viajero
Ambos merecen respeto.
¿Por qué habría de salvarse el que vuela
y no el que está en la Tierra prisionero?
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