Soy feliz, y estoy triste de serlo. Yo quisieraque la felicidad no fuese de esta vida;¡que mi tranquila primavera florecieracuando ya la de todos estuviese florida!Ya en la opulencia alegre de todos los festinespasar ante los grandes y abiertos ventanalescon una flor de nieve cogida en los jardinesde las inmaculadas tristezas inmortales.ir el último siempre por la senda apaciblecon la palabra buena en la boca indolente.Sonreír en esos ojos de mirada indecible
que en el reparto miran al último mansamente.
Juan Ramón Jiménez
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