¡Maestro!
Tú que educas;
que enseñas sin egoísmo
que nos das tu saber
a cambio de la miseria
del hambre y de la explotación
a que estás sometido.
¡Maestro!
Que siguiendo los pasos de Dios
nos enseñas la verdad
la homestidad y hermandad
sin diferencia ni preferencia alguna
y con amor fraternal grandioso
alumbrando los corazones oscuros.
¡Maestro!
Seas bendito por guiar
los pasos jóvenes
por senderos de bien
de amor y sinceridad
ayudando a pasar sin tropiezos
los caminos pedregosos de la vida.
¡Maestro!
Que entregas tu vida,
marchitas tu juventud a cambio
del florecimiento de almas jóvenes
que desarrollan sin cesar
llevando dentro de sí
la enseñanza pura y sana
del maestro, predicador
de la verdad, amor y sabiduría.
¡Maestro!
Es quien tiene la mano dura
y la boca dulce,
la enseñanza seria
y la alegría de enseñar
¡Maestro!
Por eso y por mucho más
¡Bendito seas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario