Sin estar viejo y sin dolencia grave,
noto que va flaqueando mi memoria
y que es el tiempo en que, según se sabe,
el hombre empieza a edificar su historia.
LLEGADA
A mi pueblo natal llegué un día de fiesta,
antes de la alborada, y obtuve en homenaje
una salva de bombas y un baile a toda orquesta.
¡Y pensar que llegaba sin nombre ni equipaje!
PATRIMONIO
De mi padre heredé su carácter austero,
su estatura mediana y su sed de aventuras.
De mi madre, un volumen de versos y figuras
forrado con mi cuero.
PRIMERA SALIDA
Mi corcel de cartón piafaba en el desván
y por un ventanal entraba, enorme, el sol.
Yo estaba, espada en mano, como aquel español
que se metió en los sesos las “Sergas de Esplandián”,
PRIMERA EMPRESA
Quise plasmar con humo mi ideal. (Prometeo,
con más sabiduría, usaba el barro).
Y ahora que digo el humo, me acuerdo del mareo
y de las náuseas del primer cigarro.
LA OBRA
El inútil apremio de la hormiga atareada,
y al fin de tanto esfuerzo, de tanto afán prolijo,
ni un gran libro, ni un árbol que dé sombra, ni un hijo.
La tristeza, el trabajo y el amor para nada.
PARTIDA
Por si el regreso es arduo de sierras y pantanos
con las botas calzadas espero la partida.
¿Pena? Sí; me dan pena, y aun no partí, las manos
altas y lentas de la despedida.
EPITAFIO
He respetado en todo al Dios desconocido
bajo las tres hipótesis de Bello, Puro y Cierto.
Di al alma cinco dracmas y una a cada sentido.
Y, sin embargo, aquí estoy muerto.
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